Cada vez tengo mas claro que los talleres familiares, #trabajar en familia ,son una solución mucho más eficaz que todo lo que hasta ahora se hace para mejorar el comportamiento del menor.
Si la mayor parte de nuestro aprendizaje de relación , de reacción, de expresión, lo realizamos durante los primeros años y eso supone que es en familia donde lo hacemos, parece lógico que sea allí donde busquemos su cambio.
Hasta ahora o bien enviamos al niño o adolescente al psicólogo, para que nos lo “devuelvan en orden” o bien nos formamos en cursos, charlas, lecturas… A veces , incluso los llevamos a talleres donde trabajan en su desarrollo.
Tras años de esto…el resultado no mejora, más bien, empeora, luego… ¿No habría que pensar en alternativas?.
Volvamos al origen, si aprendemos a vivir por copia o rechazo principalmente de nuestros progenitores, el modo de tomar conciencia y corregir aquello que ahora nos limita, nos produce malos resultados, debería ser con ellos.
Si el hijo o hija “rema” , es decir trabaja para mejorar a un ritmo y dirección y el resto de la familia no participa de esto, la barca “gira en círculos”. Lo mismo ocurre si el que lo hace es uno o varios de los progenitores, formándose.
Además, “formarse” ,teoricamente, tiene una influencia mucho menor que si trabajamos con casos reales , conflictos pasados .Teniendo en cuenta que recordamos, memorizamos , en función de la emoción que algo nos produce y desgraciadamente recibir información de forma estructurada mientras tomamos notas, no es muy emocionante, ni nos produce miedo, ni alegria, ni sorpresa….
Los padres pueden entender mejor al escuchar a su hijo como narra la situación vivida y el menor por su parte puede percibir que sus progenitores tienen buena voluntad, independientemente de que a sus ojos no lo hagan bien.
Visualiza el corto”Familia”:
https://www.youtube.com/watch?v=K4kAwsd5y5w
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