Cómo continuación de la parte dos, seguimos ahondando en esas posturas tan poco #feministas, de mujeres que prefieren, porque siempre se decide aunque una persona piense que no ha tenido más opción , ocupar un papel sumiso en sociedad, en la pareja…
Y esto en muchos casos es apariencia ,porque de acuerdo a sus valores se debe aparentar una cosa y ser otra. En la parte I ,nos quedamos en la frase “La mano que mece la cuna es la que domina el mundo”.
Las mujeres desde estas creencias entienden que el mundo es un lugar diseñado para hombres, donde ellas solo tienen opción de influir indirectamente, manipulando la situación, pues por razones inamovibles creen no tienen los mismos derechos y obligaciones.Estas creencias eran válidas cuando la riqueza se producía a partir de la fuerza bruta, esto ya no es así.
A veces, esto es lo que les ciega, pensar que no les conviene tener las mismas obligaciones y por tanto no les compensarán las libertades o derechos que estas llevan añadidas. Y acaban intentado “gobernar” las vidas de sus parejas, vecinos, amigos y sobre todo…hij@s, sobre los que creen tener derechos que emanan de la concepción. Los usan para tener acceso a las decisiones.
Es muy viejo este sistema, y lo reflejan muy bien desde los antiguos arenes turcos , donde las madres pugnaban por que sus hijos fueran los herederos y de ese modo garantizarse determinados estatus hasta las mujeres que en la actualidad todavía garantizan su estabilidad económica a través de la maternidad, en algunos casos.(Solo en algunos casos).Mujeres ,cómo hombres , los hay de todo tipo.
Es un problema , cómo todo, de educación. Si estas mujeres fueran educadas en la inteligencia emocional que les permite conocerse, gestionarse, fijar objetivos propios de acuerdo a sus capacidades y habilidades, serían capaces de relacionarse de forma empática y con conocimiento y control de las habilidades sociales suficientes para no necesitar cambiar hechos , manipular situaciones o relaciones para alcanzar sus metas.
Dejarían de buscar fuera, lo que tienen dentro, pero no conocen. Dejarían de compararse con otras mujeres , juzgando , denostando sus decisiones valientes de independencia. Buscarían una autonomía que las haría libres y felices. La felicidad, término infravalorado por abuso, es la sensación que todo puede tener solución desde el esfuerzo sin quedarse atascados en el pasado, en lo que se hacía antes y ya no funciona. Se sentirían mejor consigo mismas y aportarían un valor a la sociedad que la enriquecería.
Historia del feminismo:
https://www.youtube.com/watch?v=tsBfyFzBLnY
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