Muchas veces no reflexionamos a cerca de cuál es el origen de nuestras creencias. De hecho .¿Cuáles son nuestras creencias? .¿Qué son las creencias?.
A la mayoría de las personas al hacerles estas preguntas, su cabeza se les va a las creencias religiosas. Sin embargo, todos tenemos creencias y valores, más allá de los religiosos o espirituales.
A veces, escuchamos: ”Esa persona no tiene valores” …esta afirmación, no tiene sentido. Por qué los valores son la base de nuestra toma de decisiones, de nuestras reacciones…
Tod@s aprendimos cómo reaccionar, lo que está bien o mal, cómo se hacen las cosas…de acuerdo a las reacciones que tuvieron los demás con respecto a nosotr@s y si estas nos acercaron o no a nuestros objetivos, es decir si fueron satisfactorias. Por lo tanto, todo el mundo tiene valores. Es decir, todo el mundo tiene una forma de ver el mundo y su propio esquema de valores. Solo que cada uno tiene el suyo propio.
Para nosotr@s son sagradas, inamovibles, porque las aprendimos inconscientemente, automáticamente, sin filtrarlas por la razón y por tanto no somos conscientes hasta qué punto determinan nuestro comportamiento.

¿Quiénes influyen en este sistema de valores?
El/la cuidador/a principal y la familia son el principal interlocutor en los años más tiernos, en los que se crea el grueso de este “manual de vida”.
En esta convivencia nos enseñan cómo relacionarnos, cómo pedir lo que queremos, cómo consolar, cómo perdonar, cómo manifestar amor, cuáles son los roles de padre, madre o herman@ .
Todo lo referido a la sexualidad, a la ética y moral social, relaciones vecinales, relaciones con la familia extensa, cómo relacionarse en el trabajo, expectativas laborales y lo más fundamental: tu auto concepto.
La familia extensa. Dependiendo de la situación de la familia nuclear y la relación que esta tiene con la familia extensa , tendrá un papel más o menor influyente en la creación de este manual de vida.
En ocasiones complementa o reafirma lo aprendido en el hogar, en otras es opuesto.
La sociedad , hoy es mucho más compleja que lo era en otras generaciones, y en ocasiones, los valores transmitidos en medios de comunicación, instituciones…son contradictorios a las recibidos en casa. Esto es un problema. Ya que cómo mínimo crea confusión y en muchas ocasiones anula el trabajo realizado por l@s progenitores.
La escuela , en la infancia juega un papel fundamental para reafirmar o disentir de las creencias adquiridas en la familia. Aunque esto normalmente es algo con lo que inconscientemente ya juegan los padres, las madres y si pueden eligen instituciones con valores similares a los suyos. La opinión que l@s profesor@s tienen del menor, influye importantemente en su autoconcepto.
Los iguales, empiezan a influir radicalmente en la adolescencia por razones antropológicas.
Los valores adquiridos en los primeros años de vida, constituyen la base de nuestras creencias, arraigadas con mucha fuerza en nuestro subconsciente, porque los aprendizajes se realizaron cuando más vulnerables éramos, cuando más necesidad de adaptación teníamos, éramos nuevos e inexpertos en un mundo desconocido .Teníamos mayor plasticidad cerebral .Se dice: ”Qué l@s niñ@s son esponjas” ,no por casualidad.
Aunque, siempre estamos en situación de sustituirlos si ya no nos resultan útiles. Porque producen reacciones poco adaptativas en nosotros. Eso sí, cuanto más tiempo formen parte de ese “mapa mental”, más difícil es modificarlas. Y sobre todo, no se podrá si no se ha dado el primer paso, que es tomar conciencia de ellas.
Amplia tu formación en el campo de las creencias:
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Si quieres averiguar cuáles son las creencias que condicionan el comportamiento de tu hij@ y cómo modificarlos, entra: